En
enfoque psicodinámico se dio en base a los planteamientos teóricos de Sigmund
Freud en el siglo XIX, tales teorías fueron tan importantes y trascendentes que
sus ideas y singular abordaje de la psicoterapia sigue teniendo influencia en
la actualidad.
Su
interés e ingreso a la psicología lo hace por medio de la psiquiatría con el
asesoramiento y enseñanza de Charcot (1886), quien alerto a Freud respecto al
posible origen sexual de la neurosis. Charcot tenía una relación profesional
muy estrecha con Freud que daba lugar a discutir constantemente sobre los casos
que llegaban a consulta, en una de sus conversaciones le manifestó que en caso
de neurosis “siempre es cuestión de los genitales; siempre, siempre, siempre” (Charcot
citado por Freud, 1914)
Estos
descubrimientos permitieron el ingreso de nuevos términos como el inconsciente
que forma parte de las estructuras psíquicas postuladas por el mismo que
referiremos en párrafos posteriores. Desde un punto de vista epistemológico el
psicoanálisis necesita tener un objeto de estudio fundamentado con teorías,
métodos y técnicas; como ya mencionamos antes Freud utilizaba estrategias tanto
inductivas como deductivas para comprender el mundo intrapsíquico del paciente,
en especial el contenido reprimido (inconsciente).
Los
estudios sobre la histeria mediante el uso de la hipnosis como método
terapéutico dieron lugar a la conclusión de que los síntomas histéricos
dependían de conflictos psíquicos internos reprimidos y que el tratamiento de
los mismos debía centrarse en que el paciente reprodujera los eventos
traumáticos que habían desencadenado y tales conflictos intrapsíquicos se
manifestaban verbalmente por la paciente, a este fenómeno lo denomino método
catártico un trabajo en conjunto a Breuer.
Progresivamente
fue descubriendo que sus pacientes presentaban ciertas resistencias
inconscientes que dificultaban el acceso a la información de los orígenes
traumáticos que según Freud se producían en las primeras etapas del desarrollo
psicosexual. A la vez se dio cuenta de la
importancia de la relación terapéutica para vencer y trabajar contra tales
procesos defensivos del yo, que lo llevo a desarrollar la asociación libre y
abandonar la aplicación de su anterior método; el paciente expresa sin ninguna
inhibición todo aquello que le viene a la consciencia de forma espontánea, este
método constituyo la base del psicoanálisis.
Otro
de los métodos de tratamiento desarrollados por Freud es la interpretación de
los sueños ya que afirmo que en estos se encuentra información tanto manifiesta
como latente mediante un lenguaje de símbolos que dan pautas para indagar en el
origen del trastorno psíquico.
Los
postulados de Freud no solo repercutieron en la psicología sino también influyo
en las ideologías de la época, él redefinió la personalidad y revoluciono
nuestra manera de concebir la naturaleza humana.
Freud
manifestaba que lo que impulsa y dirige la conducta humana son los estímulos
internos llamados instintos, es decir, “la energía fisiológica transformada que
conecta las necesidades del organismo con los deseos de la mente” (Bettelheim,
1984). Estos impulsos nos conducen a satisfacer necesidades básicas como hambre
o sed, pero Freud les dio mayor relevancia a las necesidades de satisfacer el
deseo de origen sexual(libido).
El
propósito del instinto es satisfacer esas necesidades para disminuir la tensión
adherente. Freud agrupo estos instintos en dos categorías: instintos de vida y
de muerte, los instintos de vida(Eros) tienen como fin la supervivencia del
individuo y la especie y los instintos de muerte(Thanatos) es un impulso
inconsciente y agresivo que nos lleva a destruir, conquistar o matar; Freud
considera que la agresión es un parte de la naturaleza humana tan importante
como el sexo.
Indiscutiblemente
todo lo que percibimos a cada momento no queda registrado en nuestra psique,
por lo tanto, Freud describía tres niveles de consciencia: consciente,
preconsciente e inconsciente.
Análogamente, Freud acuñó otros términos relacionados a la
personalidad, como son el ello(id), yo(ego) y superyo(superego), el complejo de
Edipo y Elektra, las etapas del desarrollo psicosexual, entre otras.
Freud tuvo muchos seguidores que apoyaban en un principio sus
teorías, pero que en el transcurso de sus estudios con sus respectivos
pacientes desistieron de las ideas freudianas, entre los que resaltan Alfred
Adler y Carl Jung.
Alfred Adler tras finalizar sus estudios universitarios
continuó su formación junto a Freud.
En el año 1911 deja la escuela psicoanalista ortodoxa y
fundaron una neofreudiana de psicoanálisis. Desde 1926 fue profesor
de la Universidad de Columbia, radicándose definitivamente en los Estados
Unidos en 1935.
En su análisis del
desarrollo individual, remarcó el papel de los sentimientos de inferioridad más
que el papel de las pulsiones sexuales, como la motivación básica subyacente a
la conducta humana. Adler (1918) opinaba que: “la función del psicoanalista sería
la de descubrir y racionalizar tales sentimientos, para finalizar con la
voluntad de poder compensatoria y neurótica que engendran en el paciente”(p.12).
Sus obras más destacadas son Práctica y teoría de la psicología individual 1918 y el sentido de vivir
en 1933, Adler (1935) manifiesta:
Se sostiene que los
sentimientos, conscientes o inconscientes a los que domine complejo de inferioridad están
combinados con mecanismos compensatorios de defensa, son las causas básicas de
su carácter psicopatológico. Los sentimientos son lo queremos expresar en todos
los ámbitos y compensarlos con lo que queremos hacer. (p.22)
A pesar de las reticencias de Freud, él mismo habló de algo muy parecido
mucho más tarde en su vida: la pulsión de muerte.
Otro
autor relevante en esta corriente psicológica es Jung, quien estaba impresionado por el concepto de Freud
de la represión de las ideas y deseos en el inconsciente como mecanismo de
defensa y por sus teorías de interpretación de los sueños. Se dice que su
primera conversación duró 13 horas. Aplicó con éxito los conceptos psicoanalíticos a la esquizofrenia elogió los aportes de Freud en su monografía
"Psicología de la demencia precoz".
Sin
embargo, el encanto no duró. En 1913 rompieron su colaboración por las
diferencias de Jung sobre la importancia del trauma sexual en ese concepto de
represión. Mientras que Freud desarrolló una
interpretación más o menos rígida especialmente la sexual, Jung se permitió ir más
allá enfocando su idea más bien hacia una interpretación más mitológica, donde
prácticamente cualquier cosa podía significar, de hecho, cualquier cosa.
Continuando
con el recorrido de autores psicodinámicos aparece Erick Erikson que después de estudiar arte en su juventud, conoció a Anna
Freud, por influencia de la cual se estableció en Viena y se vinculó al
movimiento psicoanalítico.
Erikson
integró el psicoanálisis clínico y la antropología cultural matizando nuevos
aspectos del desarrollo. Por un lado, enfatizó la influencia de factores
psicosociales y socioculturales en el desarrollo del "Yo", y, por
otro, propuso el desarrollo de la identidad como sucesión de etapas
diferenciadas entre las que existen períodos de transición (crisis evolutivas),
conceptualizando ocho crisis psicosociales o etapas del desarrollo de la
identidad hacia la síntesis del "Yo". Sus ideas (en las que se
percibe la influencia del enfoque de Freud,
principalmente en las primeras cuatro etapas) han tenido gran influencia en
otros trabajos sobre las etapas en la edad adulta.
Erikson (1968) nos dice que: “el concepto de desarrollo psicosocial se refiere básicamente a
cómo la interacción de la persona con su entorno está dada por unos cambios
fundamentales en su personalidad” (p.31). Mientras Erikson se enfocaba más en
el campo psicosocial, Freud lo hacía en el sexual, a pesar de eso, Erikson y su
teoría estuvieron influenciados por Freud.
Durante los años ’40 Erich
Fromm desarrolló una importante labor editorial, publicando varios libros luego
considerados clásicos sobre las tendencias autoritarias de la sociedad
contemporánea cuya metodología buscaba resolver la neurosis del hombre moderno. Y así fue desviándose marcadamente de la teoría original
freudiana.
Ahora
Fromm es considerado uno de los líderes
y principales exponentes del movimiento psicoanalítico de nuestro siglo, según
su punto de vista, los tipos específicos de personalidad tienen que ver con
pautas socioeconómicas concretas.
Esto
significaba “romper con las teorías biologicistas de la personalidad para
considerar a los seres humanos más bien como frutos de su cultura” (Erich Fromm, 1941).
De
aquí su perspectiva terapéutica se
orientaba hacia este sentido, proponiendo armonizar los impulsos del individuo
y los de la sociedad donde vive.
Por lo tanto, Fromm rechaza toda teoría que no
tenga en cuenta los condicionamientos sociales para la psicología del hombre y
que desprecie el factor humano como elemento dinámico del proceso social. A
pesar de ello, Fromm admite que, aunque la naturaleza humana no esté prefijada,
tampoco podemos considerarla como infinitamente adaptable.
Entre las representantes
femeninas del psicoanálisis tenemos a Karen Horney, ella basó sus conocimientos
en la psicología femenina y la neurosis. Habló sobre la envidia que sienten las
mujeres sobre los privilegios que le brinda la sociedad a los hombres y negaba
rotundamente la envidia del pene como mencionaba Freud, pero afirma también que
los hombres sienten envidia del útero femenino y subliman este sentimiento
mediante el reconocimiento a la mujer, tal es el caso del día de la madre, el
día de la mujer, etc.
Karen Horney en 1932
estableció el concepto del yo real contra la imagen idealizada del yo. De esto
va a resultar un conflicto interno, que se manifiesta en forma de conducta
neurótica, cuya causa son los vanos intentos por resolver el conflicto y
finalmente, propuso diez necesidades neuróticas: Afecto y aprobación, Pareja
estable, Límites estrictos, Poder, Explotar a los demás, Reconocimiento social,
Admiración personal, Logro personal, Autosuficiencia y Perfección
Su teoría es una de las pocas en
hablar sobre el sexo femenino y mostrar una idea innovadora basada en sus
propias experiencias.
Además de Horney,
Melanie Klein nos ofrece definiciones básicas para comprender el desarrollo
infantil, para lo cual se basó en las etapas de Freud y que consideró que los
niños pasan de una a otra, y se daba a partir del desarrollo de las posiciones,
considera tres elementos: el tipo de objeto con el que niño interactúa,
mecanismos de defensa y la fantasía inconsciente. Mediante esto desarrollo dos
posiciones importantes en los niños: posición esquizoparanoide y posición
depresiva.
En la posición
esquizoparanoide el niño debe definir su objeto de amor y mediar su agresividad
destructora. Existe objeto bueno y malo cuando el niño logra internalizar el
bueno construye las bases del superyó. El niño logra ver a su progenitora como
un objeto completo y logra percibir la relación de ella con su padre dando
apertura a la posición depresiva, donde el individuo se ve separada de su madre
y con esto decae su egocentrismo convirtiéndolo en alguien más dependiente por
el miedo de perder al objeto de amor, el superyó se vuelve más flexible por el
miedo a la perdida. En esta etapa surgen las defensas maniacas y predomina la represión sobre la escisión.
Klein consideraba que
el individuo debía conseguir una alianza entre los aspectos buenos del objeto y
buenos del sujeto para conformar una reintegración progresiva de las partes restringidas.
Todos los autores
psicoanalíticos con sus respectivas teorías estudiadas en los párrafos previos,
tenían algo en común, la tendencia a desligarse de las ideas originales de
Freud.
La
obra freudiana porta las huellas conceptuales de los modelos epistémicos de su
época, y ha tenido grandes repercusiones en la teoría y práctica de la
psicología y la psiquiatría, el psicoanálisis provocó que muchos psicólogos
tanto contemporáneos a Freud como los de posteriores generaciones se dedicaran
al estudio de la personalidad, esto se puede evidenciar con las innumerables
investigaciones y estudios psicoanalíticos entre los años 1940 y 1950, sin
embargo como toda teoría ha sido expuesta a análisis epistemológicos por parte
de críticos, científicos, filósofos y profesionales interesados en la
psicología humana, los cuales pusieron en discusión si el psicoanálisis debe
ser considerado una ciencia o no, entendiendo la ciencia como ciencias
naturales y exactas.
El
psicoanálisis tiene como objeto de estudio al inconsciente (término tomado de
Eduar Von Hartmann, Shopenhauer y Nietzche) como se ha mencionado
anteriormente, y a su vez pone un énfasis en una especia de génesis histórica,
es decir el psicoterapeuta cumple una función de historiador, comprometiéndose
en la tarea de reconstruir el pasado personal, mientras que se convierte en
hermeneuta de lo profundo poniendo en consideración también la relación
terapéutica en marco de los fenómenos transferenciales, dónde se analiza la
psiquis del paciente y su interacción con el objeto.
Esta
variable llamada inconsciente sin embargo no tiene cabida dentro del modelo
positivista que es dónde apuntan la mayoría de epistemólogos, considerando al
psicoanálisis una pseudociencia, en la década de los 60, Hanz Eysenck recopiló
todos los estudios de Freud existentes hasta esa época y criticó la efectividad
de sus métodos y teorías y llegó a la conclusión de que el tratamiento
psicoanalítico tiene muchas limitaciones y no supone ninguna mejora en casos de
neurosis; Eysenck (196?) afirmó que Freud “fue, sin duda, un genio, no de la
ciencia, sino de la propaganda; no de la prueba rigurosa, sino de la
persuasión”.
Los
características de psicoterapia psicoanalítica también tuvieron fuertes
críticas, tomando en cuenta el tiempo que involucra tratar toda la historia de
la niñez de una persona, con el objeto de estudiar los eventos traumáticos que
se pudieron haber desarrollado en las primeras etapas del desarrollo
psicosexual y consecuentemente se alarga el tiempo de la terapia, lo que podría
causar una dependencia del paciente al terapeuta, la frecuencia de las sesiones
es bastante concurrente, y el terapeuta muchas veces lleva al paciente a
callejones sin salida, en donde indagando en cierto problema, nos topamos con
otros. En nuestro medio y con la notable y creciente industrialización las
personas no cuentan con el tiempo para ir a terapia más de una vez por semana,
considerando las horas por día y peor aún durante años, consecuentemente el
costo del tratamiento sería elevado considerando la cantidad de sesiones lo
cual no es accesible en nuestro medio.
Por
parte de movimientos feministas Freud recibió fuertes críticas a sus ideas
sobre las mujeres, en concreto los conceptos de la envidia del pene, de un
superyó mal desarrollado y de los sentimientos de inferioridad respecto a su
cuerpo, si nos damos cuenta alrededor de la lectura de todos los enunciados de
Freud expresados en este documento, todas las teorías ponen al género masculino
en ventaja sobre el femenino, infundiendo ideas sexistas (teorías
falocéntricas) , sumado a eso las minorías sexuales como los grupos LGBTI están
en total oposición con sus teorías, en causa de que Freud consideraba la
homosexualidad como una enfermedad, una perversión y al ser considerada esta
preferencia sexual una patología se internada a las personas homosexuales en
institutos de salud mental, el tratamiento psicoanalítico fue empleado durante
varias décadas para intentar curar la homosexualidad.
Quienes
discrepan de Freud aseguran que sus teorías no son más que el producto final del
autoanálisis de su personalidad.
Con
todo esto, el enfoque psicoanalítico se vio obligado a mutar en muchas de sus
concepciones, más no de la mano de Freud, que siempre quiso mantener la esencia
de sus teorías, sino de parte de sus seguidores los cuales cabe mencionar
tenían frecuentes encuentros formando así la Asociación Psicoanalítica Vienesa,
entre los más destacados estaban Otto Rank, Karl Abraham, Carl Gustav Jung,
Alfred Adler, Sándor Ferenczi, Isidor Isaak Sadger, Hanns Sachs, Ludwig
Binswanger, Carl Alfred Meier y Sabina Spielrein.
Desafortunadamente
para Freud y el psicoanálisis en Octubre de 1911 Alfred Adler y seis de sus
partidarios se dieron de baja, posteriormente Carl Jung disidió en 1914 con
consecuencias más graves y con la notoria amenaza de desequilibrar todo el
edifico psicoanalítico.
Tanto
Adler como Jung desarrollaron sus propias teorías y modelos en la psicoterapia,
Adler desarrolla su psicología individual, mientras que Jung establece el
concepto de inconsciente colectivo, tomando en consideración aspectos sociales
e histórico-culturales, de una manera similar otros seguidores como Melanie
Klein, Karen Horney, Erick Erickson, incluso su hija Ana Freud, se fueron
desligando de la esencia del psicoanálisis, la atribución de la motivación
sexual como base de la personalidad, y sus enfoques fueron direccionándose y
extendiéndose a otras áreas influyentes en la personalidad, como el área
biológica, social, cultural e incluso dándole cabida a las motivaciones
personales no sexuales.
A
este tipo de enfoques se le denominaron psicodinámicos, el presente término se
originó en base a la publicación de las Lecciones
sobre psicofisiología por Ernst von Brukce en 1874, y se refería a temáticas de termodinámica,
pero en analogía a este concepto se emplea en la actualidad psicodinámica para
explicar la interacción del individuo con el medio y sus formas de adaptación
en el trascurso de las diferentes etapas evolutivas y por otra parte la
dinámica de enfrentamiento entre las instancias psíquicas del individuo.
Existe
otro aspecto primordial, es más, de carácter más profundo ya que es una
característica del psicoanálisis clásico “el inconsciente”, que es lo no
reconocido por la persona, en donde los mecanismos de defensa juegan
determinando en algunos casos el comportamiento y personalidad.
Este
enfoque considerado psicodinámico suele ser confundido con el psicoanálisis
netamente Freudiano, es por eso que debemos tener en claro las diferencias más
marcadas entre estos, lo que caracteriza a esta derivación es la brevedad de
las terapias y que no se limita a la indagación del pasado del paciente, sino
que se focaliza de manera más activa en el problema actual del paciente, independientemente
que tenga orígenes en su pasado.
Otros
puntos a favor, de esta tradición neofreudiana es la importancia que se le da a
las fuentes externas del conflicto, estudian el desarrollo normal de la persona
y no sólo el patológico, no se está a favor del concepto de pulsión y muerte, a
la validez del complejo de Edipo y sobre todo el interés por el desarrollo
sexual femenino.
A
pesar de lo antes referido la corriente psicoanalítica sigue en vigencia en
nuestro medio después de 77 años de la muerte de su creador y más aún en Países
como Argentina y Francia donde la respuesta social al Psicoanálisis es alta,
por la Asociación Psicoanalitica Argentina en ese país y por la influencia de
Jackes Lacan en Francia, tanto así que podríamos afirmar que toda la generación
del 68 pasó por el diván.
Jackes
Lacan buscó reorientar el psicoanálisis a lo que era en sus orígenes al mando
de Freud, estando en discrepancia con los psicoanalistas coetáneos por haber
distorsionado los fundamentos psicoanalíticos; Lacan no sólo retomó los
conceptos Freudianos sino que reinterpretó y amplió la práctica psicoanalítica.
Se
podría llegar a la conclusión de que los fundamentos teóricos psicoanalíticos y
psicodinámicos han trascendido generaciones, sin embargo su práctica ha decaído
precariamente, en otras palabras es una muerte casi total y esto nunca ha sido
tan reafirmado como en la actualidad, desde la alta demanda y uso de otros
enfoques ajenos a la rama, así como terapias alternativas, neurociencias,
psicofarmacología y la psicomagia, en una época a la que denominamos moderna.
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